Tengo miedo… Le tengo miedo a la existencia. A lo frágil de la vida. Al carácter efímero de todo lo que existe.
No sé si es bueno que lo sepa, mi querido amigo, pero estoy aterrado. Las horas pasan lentas, temiendo por mi futuro y mi destino. Es tan corta la vida… y tan única… No sólo no podré tener otra, sino que además no tendré el tiempo suficiente para enmendar esta. Y podría acabarse en cualquier momento.
Somos tan fugaces… Tan olvidables… Y nos creemos tan superiores, de todas formas. No sé si soportamos esa realidad gracias al carácter idiotizador de nuestra mentalidad, que hace que no pensemos en eso o gracias a una predisposición natural a no hacerlo. Y creo, ahora que lo digo, que son la misma cosa.
Tengo miedo. Miedo de acabar esta vida en solitario. Miedo de no ser nadie. Miedo de desaparecer de la nada. Miedo al dolor de la muerte… ¿Dolerá morir? ¿Qué se sentirá? ¿Será tan egoísta ese sentimiento como una vez me contó un taxista? ¿Expiare mis culpas? ¿Seguiré existiendo en alguna forma? ¿A cuantos de mis seres queridos veré desaparecer? ¿Lo soportaré? ¿Seguiré siendo el mismo? ¿Podré ser feliz?
Este mundo y sus misterios no son suficientes para atemorizarme. Pero la vida en sí, si lo hace. Somos tan frágiles… Como ése pájaro que veo posado en la rama de un árbol. Cualquier susto repentino podría llegar a matarlo… Cualquier tormenta demasiado fuerte… Cualquier animal hambriento…